El 27 de mayo de 2021 once exoficiales militares fueron detenidos acusados por la Fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Público (MP) de graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante el Conflicto Armado Interno (CAI). Estas detenciones se enmarcan dentro del caso “Diario Militar” (DM), documento también conocido como “Dossier de la Muerte”, que contiene información detallada de la captura y desaparición de 183 personas entre agosto de 1983 y marzo de 1985, incluyendo fotos de las víctimas, un breve resumen sobre sus actividades políticas o su activismo y, en algunos casos, el lugar del secuestro y la fecha de la ejecución. Es la primera vez en la historia de Latinoamérica que se encuentra un registro oficial de secuestros y ejecuciones de personas opositoras a una dictadura militar, la del general Óscar Humberto Mejía Víctores (1983-1986), escrito por los mismos perpetradores1. Más de 35 años después de estos crímenes, en junio 2021, comenzó la primera fase de las declaraciones de los militares acusados de los delitos de desaparición forzada, tortura y asesinato.

Una de las víctimas de este caso fue Luís de Lión (José Luis de León Díaz), poeta, escritor y educador de la comunidad de San Juan del Obispo, en Antigua Guatemala. Hemos hablado con su hija, Mayarí de León2, quien nos ha compartido sobre la vida y los sueños de su padre, así como sobre su propia dedicación a honrar su memoria y rescatar su legado en el campo de la educación. Mayarí sigue buscando el cuerpo de su padre, hasta el momento en paradero desconocido.

Luis de Lión

Luis era el menor de cinco hermanos. Nació el 19 de agosto de 1939 en San Juan del Obispo, en una familia de origen campesino y ascendencia Kaqchikel por parte de madre. Amaba la naturaleza y la vida, se preocupaba por la niñez y tenía un gran interés por la historia de su país, Guatemala. Dedicó su vida a la educación y preparación de las nuevas generaciones y al cultivo de las artes. Para él la escritura era un arma poderosa; leer y escribir era una herramienta para interpretarse a sí mismo, dar forma a sus propias ideas y tomar decisiones. 

Desde joven trabajó como maestro y alfabetizador, haciendo pasantías en áreas rurales y con trabajadores en las fábricas. Además estableció una biblioteca en su aldea y luchó por la implementación de una educación plurilingüe. Todas sus labores estuvieron guiadas por el amor a la poesía y la literatura, entendidas por él como herramientas de empoderamiento para las clases empobrecidas.

Tal y como quedó registrado en el DM, Luis de Lión fue secuestrado el 15 de mayo de 1984, a los 45 años de edad, en la 2ª avenida y 11 calle de la zona 1 de Ciudad de Guatemala. Permaneció 21 días en manos de sus captores y el 5 de junio de aquel año fue asesinado.

La lucha de Mayarí de León y el incumplimiento del Estado

En mayo de 1999, al conocer la existencia del DM, Mayarí se sumó a la denuncia interpuesta contra el Estado de Guatemala ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por su responsabilidad en la desaparición forzada y ejecución extrajudicial de las personas incluidas en el “Dossier de la Muerte”. A través de la mediación de la CIDH, la Comisión Presidencial Coordinadora de la Política del Ejecutivo en Materia de Derechos Humanos (COPREDEH) y la familia de León llegaron a un acuerdo de solución amistosa en marzo del 2004. El gobierno no solo reconoció su responsabilidad por la desaparición de Luis de Lión, sino que se comprometió a cumplir con varias medidas de reparación entre las cuales se incluía: una investigación por parte del Estado, una campaña de sensibilización para la búsqueda de personas víctimas de desaparición forzada durante el CAI y el reconocimiento público de estos hechos a través de medios de comunicación3. Además se comprometió a incluir su obra literaria en el currículo educativo nacional y a construir en su aldea natal un edificio para alojar la biblioteca comunitaria, un museo sobre la vida del autor y un parque infantil. Sin embargo la COPREDEH (cerrada en julio de 2020) no cumplió con estos compromisos de Estado4.

Cómo sobrevivir a la desaparición forzada: reparación y dignificación de víctimas y sobrevivientes

El secuestro de Luís de León destrozó a su familia. Mayarí señala que fue como si les hubiesen quitado el cimiento del hogar. Los militares no dejaron registro en el DM respecto al paradero del cuerpo, lo que no les ha permitido cerrar el duelo y hoy día siguen esperando encontrarle. Mayarí afirma que esto es muy doloroso porque confirma que los poderes que originaron la tragedia familiar y nacional, siguen operando bajo los mismos patrones del pasado, lo que les hace sentir vulnerables y no permite que su padre descanse en paz. Lamenta que la placa conmemorativa situada en la 2ª avenida y 11 calle de la zona 1 de Ciudad de Guatemala, lugar donde le secuestraron, haya sido vandalizada a martillazos en diferentes ocasiones: “es como si lo desaparecerían simbólicamente cada vez que lo hacen”.

La filosofía de vida de Mayarí se caracteriza por la defensa de la no violencia, el respeto a todas las formas de vida y el no a la guerra. Por ello, a la pregunta que un día le hizo un periodista sobre qué le haría a los asesinos de su padre si los tuviera delante ella respondió: “por cada día que Luis fue torturado, les daría una actividad artística, educativa o cultural”. Esta forma de entender la vida forma parte del legado que le dejó su padre. Y como forma de poner de manifiesto ese mensaje de paz, y a sugerencia de una amiga, surgieron las Jornadas de Memoria Luis de Lión que ya cuentan 5 ediciones. Durante estas jornadas, el Proyecto Luis de Lión invita a personas de distintas partes del mundo a realizar actividades artísticas en memoria del poeta. La finalidad de este festival de conmemoración es la celebración de la vida y la reivindicación de los sueños de las personas desaparecidas, de tal forma que a los sobrevivientes y familiares de las personas desaparecidas no se les perciba solo como víctimas, sino como herederas de un gran legado, pues si no solo quedaría el dolor, el miedo y la incertidumbre que, en muchas ocasiones lleva a un difícil estado de depresión. En palabras textuales de Mayarí “las Jornadas de Memoria son actos que invitan a recobrar nuestra humanidad. El reto de la Casa Museo es llenarse de risas, armonía y alegría porque de esta manera se rompe el ciclo que persigue la desaparición forzada”.

Desde que se abrió el Caso del DM, la situación de seguridad de Mayarí se ha visto afectada, pero ella sigue en pie, le dan fuerza las niñas y los niños. Afirma que más allá de una sentencia judicial, para las familias de las víctimas es fundamental conocer el paradero de sus desaparecidos y desaparecidas, para así poder honrarles y cerrar el duelo.

Dado que ya han pasado muchos años de las desapariciones forzadas ocurridas durante el CAI, las reparaciones, según Mayarí, tendrían que darse a los y las nietas, considerado que el trauma vivido se traslada de generación en generación. Más allá de una placa conmemorativa, es necesario identificar los sueños de la persona desaparecida, recuperar y recordar quién fue y compartirlo en los espacios públicos, en los parques y las calles de la ciudad y de todo el país, eso es un trabajo de reparación, no solo familiar sino también social. “No son sólo cifras, no son únicamente nombres, son personas con cualidades, historias, sueños y por supuesto, también defectos. Los desaparecidos son seres humanos como nosotras y nosotros y por ello, deben ser visibilizados como tales. Si no se sanan estas heridas es imposible que Guatemala pueda construir la paz y alcanzar la felicidad.”

La Casa Museo Luis de Lión y la vigencia de su legado

El peso artístico, educativo, político y moral de Luís de Lión llevaron a su hija Mayarí a que en el año 2004 retomase su trabajo y sus luchas con el fin de que no se perdiesen. Sin ninguna ayuda del Estado, con sus propios recursos, abrió la Casa Museo Luis de Lión en la aldea San Juan del Obispo, en Antigua Guatemala, en lo que fue la biblioteca que en 1962 fundó su padre. La biblioteca funcionó hasta que estalló el CAI, lo que obligó a esconder los libros para protegerse de la represión. En 1992, cuatro años antes de la firma de los Acuerdos de Paz, dirigentes comunales de San Juan del Obispo, decidieron reabrir la biblioteca nombrándola José Luis de Lión Díaz, en memoria del poeta. También se puso su nombre a una de las calles de su pueblo, para honrar su memoria y el trabajo educativo que hizo en favor de la población que padecía una situación de mayor vulnerabilidad.

Con el tiempo Mayarí ha visto reconocido su esfuerzo por hacer realidad el sueño de su padre. Su trabajo social y educativo en el municipio ha dado sus frutos, pues ha logrado impactar de forma positiva en la comunidad sin tener que seguir esperando que el Estado cumpla sus compromisos. Pero no todo es positivo, pues desde que Mayarí regresó a San Juan del Obispo ha sufrido diversas intimidaciones provocadas por su labor de defensa de la memoria.

Con respecto a la Casa Museao, Mayarí recuerda que al inicio comenzaron a llegar artistas con interés en la obra literaria de Luís de Lión. Posteriormente se llevaron a cabo talleres de música, pintura, teatro y poesía para niños y niñas. Actualmente, el principal objetivo de este proyecto es convertir a las niñas y los niños en embajadores de paz y de amor a la vida y que se beneficien de las actividades de lectura, poesía, música y cualquier forma de expresión artística, siempre impregnadas de equidad de género y de memoria histórica. Luis quería que todos los y las niñas de Guatemala tuvieran acceso a la educación y a la formación artística, “él quería que en cada rincón del mundo hubiese una biblioteca.”

Desde joven Luis había promovido en su aldea una campaña de alfabetización y creado un círculo de estudios para que sus amistades desarrollasen el amor por la lectura. En estos espacios trataban temas de literatura universal, historia y sobre la situación del momento. Para él la educación no era solo saber leer y escribir, sino desarrollar la capacidad de interpretar y reflexionar sobre los textos para orientarse en el mundo y tomar decisiones libres y conscientes. Él tenía muy claro el poder de la palabra y el temor que esta inspira a los Estados no democráticos. Por esa razón este círculo de estudios fue una revolución cultural en el municipio. Como señala Mayarí “hoy se pueden ver los resultados del trabajo de Luis de Lion en su comunidad. Los procesos educativos tardan generaciones en manifestarse, pero su legado es tangible en la calidad de vida y el nivel educativo de las personas originarias del lugar.”

En estos 17 años de existencia del Proyecto Luis de Lión se ha atendido a través de la biblioteca comunitaria un promedio de mil niñas y niños mensuales, entre usuarios y talleres de lectura en escuelas públicas, mientras que por la Academia de Artes han pasado cientos de menores. No obstante, la pandemia transformó completamente el escenario, pues las escuelas cerraron y en la Escuela de Artes del Proyecto Luis de Lión sólo quedaron activas las clases de marimba a domicilio por varios meses.

Con el Proyecto Luis de Lión, Mayarí sigue fortaleciendo el legado de su padre, incidiendo de forma positiva, a través de la lectura y las artes, en las vidas de los niños y las niñas que viven en las faldas del Volcán de Agua. Es una manera de luchar contra la desigualdad, el racismo, la impunidad y la violencia, problemas estructurales de la sociedad guatemalteca. Para Luís de Lión los niños y las niñas eran “un papel en blanco donde se puede empezar a escribir una nueva historia”.

Hoy día el proyecto artístico y educativo consiste en la Academia Comunitaria de Artes de San Juan del Obispo, la Biblioteca José Luis de Lión Díaz y la Casa Museo Luis de Lión2, de los cuales sólo el Museo permanece cerrado temporalmente, mientras la Biblioteca y la Academia siguen atendiendo menores a pesar de la pandemia y la falta de recursos económicos.

1 Rímolo Molina, F. R., López Herrera, R., La verdad detrás del Diario Militar. Desapariciones forzadas en Guatemala 1982-1985. Guatemala, 2009.

2 Gran parte de la información para este artículo fue extraída de la entrevista que mantuvimos con Mayarí de León, realizada el 13.09.2021 en San Juan del Obispo, Antigua Guatemala.

3 Francisco Roberto Rímolo Molina, Rubén López Herrera, La verdad detrás del Diario Militar Desapariciones forzadas en Guatemala 1982-1985, 2009

4 Rivera, N., Luis de Lión, ¿dónde está?, Prensa Comunitaria, 23.05.2017

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